y ….. no sólo de superhéroes vive el cine
febrero 27, 2007, 10:09 am
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Las historias de superhéroes llegadas del comic-book norteamericano han alimentado durante los últimos años las producciones ideadas en el Hollywood más comercial. Ejemplos los tenemos en los filmes basados en los personajes de las dos editoriales más famosas y cuyas creaciones tienen mayor repercusión a escala mundial: Marvel – títulos como Hulk, X Men, Spiderman, Los cuatro fantásticos, The Punisher o Elektra desfilan por los cines de medio mundo-, y DC con sus diferentes películas sobre la figura de Batman y de Superman. Si bien las recaudaciones suelen acompañar, puesto que ya poseen un vivero de público dispuesto a pagar la entrada, otra cosa es la calidad de la historia. En ese aspecto hasta el momento DC se lleva la victoria, aunque sólo sea por las dos primeras partes del Batman de Burton y el Batman Begins de Nolan, en ambos casos las películas dejan huella en el Batman comic. Por su parte Marvel, exceptuando el Spiderman de Sam Raimi, ha fracasado una y otra vez en sus intentos, y, a pesar de contar con directores de prestigio como Bryan Singer para X Men o Ang Lee para Hulk, sus películas han quedando en meros ejercicios caricaturescos y muy lejos de lo que el comic venía a significar.

Pero al margen de las historias de superhéroes, el cine actual también se ha ido haciendo eco de otro tipo de obras con viñetas y bocadillos, las denominadas novelas gráficas; con un enfoque más adulto, y cuyos protagonistas podrían ser considerados más fácilmente como antihéroes, no tanto por la carencia de superpoderes como por la ambigüedad y complejidad de sus caracteres. A diferencia del comic-book están pobladas por personajes con vida propia y más cercanos a nuestra realidad. Ya no son seres infalibles ni con una misión clara en este mundo, si no que sus metas vienen marcadas por el día a día de su existencia. Cada viñeta se convierte en una confesión hecha por personajes que respiran nuestro mismo aire. Somos partícipes de sus actos más íntimos y testigos de una pequeña parte de sus vidas, un ínfimo episodio con principio y fin, porque una vez que cerremos la novela ellos continuarán adelante.

Tomemos como inicio al gran maestro y renovador del noveno arte, el huraño Alan Moore, que cuenta ya con tres adaptaciones de sus novelas gráficas -a la espera de la versión cinematográfica de otro de sus creaciones, The Watchmen– la decepcionante Desde el infierno, de Albert y Allen Hughes (2001), la ridícula La Liga de los Hombres Extraordinarios, de Stephen Norrington (2003), y la tibia V de Vendetta, de James McTeigue (2005). Sam Mendes en el 2002 volvió a la escena cinematográfica con Camino a la Perdición, basado en la novela gráfica de Max Allan Collins y Richard Piers Rayner. En el 2003 pudimos ver la innovadora American Splendor, basada en la vida y obra del autor underground Harvey Pekar. Terry Zwigoff ya ha adaptado dos historias de Daniel Clowes, primero la reveladora Ghost World y en el 2006 presentó se adaptación de Art School Confidential. Un año antes, en el 2005, David Cronenberg nos deleitó con la magnífica Una historia de violencia, que partía de una novela gráfica de John Wagner y Vince Lock. Mismo año en el que dos grandes fanáticos de este arte, Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, pusieron en marcha la primera entrega de Sin City, basada en las aclamadas historias de Frank Miller (a quien también pertenece el personaje de la citada Elektra y el de Batman Begins). Para este año se espera con gran expectación el estreno de la adaptación de otra obra de Miller, 300, ambientada en la batalla de las Termópilas, y que está dirigida por Zack Snyder.